La breve secuencia difundida por un viajero nos permite calibrar lo que se vivió en el interior de ese avión. Un reguero de heces recorre el pasillo central de la nave fruto de una virulenta indisposición que, de forma inevitable, evoca el intenso hedor al que hubo de enfrentarse el grueso de la expedición.
Tal y como han explicado fuentes de la aerolínea, la deposición fue de tal envergadura que, con miras a prevenir una situación de "riesgo biológico", el piloto y la tripulación del Airbus A350 que volaba de Atlanta(Estados Unidos) a Barcelona se vieron obligados a dar media vuelta apenas una hora después de haber despegado, cuando sobrevolaban el estado de Virginia.
Medios de EEUU han calificado la impetuosa evacuación del pasajero de marras como una "diarrea explosiva", no en vano el defecante no tuvo tiempo de llegar al baño del avión, algo que queda patente en las imágenes, que muestran el rastro desesperado de la errática huida hacia el inodoro.
Dadas las circunstancias, el piloto del Airbus A350-900 informó a la torre de control de que se encontraban en "peligro biológico" y solicitó permiso para regresar a Atlanta.