La violencia armada en Haití se intensifica y amenaza con el colapso total del país. Puerto Príncipe está en caída libre y cerca del 90 % de la capital se encuentra bajo control de bandas criminales, que han obligado a más de 60,000 personas a huir de sus hogares solo en el último mes.
La cifra total de desplazados ya supera el millón, según datos de Naciones Unidas.
Las condiciones de vida en los refugios improvisados son críticas: sin agua potable, baños ni seguridad, con reportes constantes de violaciones y enfermedades como cólera y tuberculosis en aumento. Además, nueve de cada diez haitianos pasan el día sin ingerir alimentos, lo que agrava una de las peores crisis humanitarias del mundo, según la ONU.
El caos también se extiende a la comuna de Kenscoff, ubicada al sureste de la capital. De acuerdo con el diario Le Nouvelliste, la madrugada del lunes 24 de marzo, las localidades de Boucan y Depanse fueron atacadas por la coalición criminal Viv Ansanm, que asesinó a varios residentes, incendió viviendas y saqueó propiedades.
El agente ejecutivo interino de Kenscoff, Massillon Jean, denunció la inacción de las autoridades y afirmó que la comuna está completamente aislada.