Un 2025 lleno de incógnitas y desesperanzas

En éste año 2025, la República Dominicana se encuentra inmersa en grandes desesperanzas que impiden superar las crisis del año que acaba de recién transcurrir. Incremento de la corrupción en el Gobierno, devaluación de la moneda, una política económica de empeño descontrolado del país con grandes préstamos que no se saben en qué y cómo se invierten y para colmo de males un aumento exagerado de la inseguridad y la delincuencia.

Siento que a destiempo fruto de todo lo anterior habrá un presidente que de forma prematura irá a sentir la soledad del poder. Es algo que pudiera ocasionar que muchas cosas se le saldrán de las manos. Cuando un presidente no ofrece más privilegios, nombramientos, sin un liderazgo que inspire esa vibra como lo hizo Balaguer, Juan Bosch, Peña Gómez y como lo hace Danilo Medina y Leonel Fernández, es algo por lo que alcanzo a ver decaerá hasta ser irrespetado hasta más no poder dentro y fuera de su partido.

Frente al actual panorama, no creo que la solución se encuentre en hacerle el coro a Leonel, Danilo, y sus consabidos candidatos del partido de la liberación dominicana, ni mucho menos a esos líderes jóvenes emergentes dentro de esos partidos mayoritarios. Hay que dar cumplimiento a la sentencia 0788 del tribunal constitucional donde los ciudadanos por medio de una organización sin ser partidaria puedan ejercer el derecho de ser elegido sin necesidad de estar en esos tres grandes partidos.

Si analizamos las elecciones que acaban de recién transcurrir se evidencia que el pueblo en su mayoría no está interesado en acudir a las urnas cada cuatro años. Historias repetidas con las compras de votos, medidas populistas, el derroche de dineros en campaña, inmensas cantidades de recursos de parte del Estado a través de la junta central electoral y del dinero negro provenientes del lavado de activo, contrabando y narcotráfico ni hablar…

Los candidatos y dirigentes de partidos hacen su agosto con esos recursos y los que proviene de la junta central electoral, un incumplimiento exagerado a lo que dispone la ley 33-18, sobre partidos políticos. Es decir, el pueblo perdió las esperanzas y no tiene respeto ni confianza en los partidos políticos.

Ausentismo

Una muestra de ello es lo que acaba de suceder con el proceso electoral de 2024, dónde el promedio del ausentismo en este proceso comicial fue de alrededor del 37.98 %, que sería el mayor de los últimos 62 años de historia, solo superado por las elecciones generales del 5 de julio de 2020, en el apogeo de la pandemia.

En las elecciones de 2024, la abstención registrada en el Distrito Nacional y las 31 provincias del país, en el nivel senatorial, y presidencial se proyectó en un 46 %, luego de contabilizados el 99 % de los votos emitidos. Las provincias Santiago y Duarte, se registró en mayor nivel de abstención donde las personas que decidieron no participar del proceso representaron el 52 % y 46 % de los inscritos en el padrón. Las provincias fronterizas donde hubo más concurrencia, fueron Pedernales y Dajabón dónde se dice que gran cantidad de personas extranjeras ejercieron el derecho al voto.