Los cangrejos en la derrota inglesa de 1655 (3)

En el párrafo final de la entrega anterior hice referencia a las mentiras propaladas en la prensa de Inglaterra con relación al supuesto triunfo aquí de las tropas inglesas enviadas al Caribe por el dictador Olivorio Cromwell. Esto fue lo que se publicó en Londres sobre los hechos bélicos en Santo Domingo en el 1655: “Una gran y maravillosa victoria lograda por las fuerzas inglesas bajo comando del general Penn y el general Venables”.

El mismo Taylor puntualizó que: “El esfuerzo para capturar a la ciudad de Santo Domingo fracasó en forma desastrosa y para no volver a Inglaterra con las manos vacías se decidió atacar a Jamaica pues se le consideraba una presa fácil, un premio de consolación”. (Citado por Bernardo Vega. La derrota de Penn y Venables en Santo Domingo,1655. P.121.Editora Búho,2013).

La verdad monda y lironda es que por esos acontecimientos del pasado la lengua materna en la República Dominicana es la de Miguel de Cervantes Saavedra y la de Jamaica es la de William Shakespeare. Autores de aquí y otros lugares que se han referido a ese desastre militar inglés niegan el tema de los cangrejos. Otros ni siquiera a título de anécdota lo mencionan.

Antonio del Monte Tejada

El primer autor dominicano que dejó sus reflexiones sobre el tema concernido a esta crónica fue el historiador y jurista Antonio del Monte Tejada. Dicho autor, al reseñar el caso de los cangrejos de 1655, se refirió a la avanzada de las tropas inglesas que intentaban por segunda ocasión en pocos días ocupar la ciudad de Santo Domingo, diciendo que:

“Percibió en el silencio de la noche que precedió a la batalla un ruido sorprendente, causado sin duda por el continuo movimiento de estos crustáceos…sorprendidos los centinelas creyendo que era la caballería española con sus broqueles y herraduras lo que motivaba el ruido, y disuadidos ya de su esfuerzo…dieron en huir, sembrando el terror y el desorden en el ejército acampado, que se precipitó a refugiarse en las naves”.(Historia de Santo Domingo. Antonio Del Monte Tejada. Impresora Dominicana, 1952.AGN.Tercera edición.

Obispo Pedro Morel de Santa Cruz

Pedro Morel de Santa Cruz (el cuarto con ese nombre en esa famosa familia de Santiago de los Caballeros), que fue obispo en Nicaragua y Cuba, en el siglo XVIII, también dejó una nota con tintes de dramatismo sobre ese asunto, al señalar que: “… persuadidos los ingleses que eran ejércitos armados que iban contra ellos, o volvían la espalda, o valiéndose de las armas unos contra otros se quitaban irreversiblemente las vidas…”

Manuel de Jesús Troncoso de la Concha

El político, abogado y narrador tradicionalista Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, escribió un ensayo que tituló La victoria de los cangrejos, en el cual sazona con donaire estilístico el tema.

Dicho escritor, luego de referirse a la exitosa reacción de criollos y españoles que lograron expulsar a los invasores ingleses desde el Bastión de San Genaro (luego Puerta del Conde, Puerta 27 de Febrero y finalmente Parque Independencia) explica el por qué los ingleses no pudieron reorganizarse desde los lugares de sus desembarcos para atacar de nuevo.

Así escribió Troncoso de la Concha: “…Se debió a la inconsciente o tal vez providencial intervención de los cangrejos que pululaban por la costa meridional de la isla durante la época del año en que la invasión se produjo”. (Narraciones Dominicanas. Editora Cenapec, 1998.P.23. Manuel de Jesús Troncoso de la Concha).

Cuando se entra a los entresijos de la invasión inglesa de 1655 a esta tierra caribeña se prueba que la derrota sufrida aquí por el imperio británico no fue por el ruido de unos cangrejos o las luces de unos cocuyos. Una vez más la realidad se impuso a la fantasía.

      José Gabriel García

Dicho lo anterior, y para poner en perspectiva de mejor entender los hechos armados del referido año es necesario conocer detalles de la personalidad del principal jefe español en esos sucesos. En efecto, el historiador José Gabriel García calificó al gobernador colonial español, el Conde de Peñalba, como un “hombre brusco e intolerable, pero dotado de valor y energía”.

De ese mismo personaje dijo que desde que tomó el mando en esta isla realizó múltiples movimientos tácticos para fortalecer su seguridad territorial. Ya el referido gobernador sabía que desde el 28 de noviembre de 1654 el dictador inglés Cromwell había ordenado, mediante edicto londinense, la guerra contra España.