La alianza rebelde siria liderada por islamistas anunció el domingo la toma de Damasco en una ofensiva relámpago que derrocó al régimen de Bashar al Asad, cuya familia gobernó Siria con puño de hierro durante medio siglo, sumiendo al país en la incertidumbre.
Decenas de personas irrumpieron en la lujosa casa de Al Asad en Damasco después de que el mandatario huyese del país tras perder el respaldo de Rusia. La residencia fue saqueada.
Una sala de recepción del palacio presidencial, situado en otro barrio, fue también incendiada, indicaron periodistas de AFP. Mientras tanto, decenas de personas salieron a las calles, según imágenes de AFPTV, para celebrar la caída del régimen.