La  idolatría, enemigo espiritual que podemos combatir y  derrotar

Muchos  dominicanos y  otras personas residentes en  nuestro país o  que nos visitan,  celebran  una fiesta al  ídolo de la Virgen de la  Altagracia, el  21 de Enero de cada año, la cual  es promovida, organizada, dirigida y administrada por  el liderazgo católico.

En honor a la verdad, que es mi Señor y Salvador Jesucristo, se trata de una tradición religiosa y  de una fiesta pagana que se celebra para alabar, adorar y  honrar  a una imagen o estatua que fabricaron  los hombres con oro, plata y otros metales, en lugar de alabar, adorar y honrar el glorioso nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Sin embargo, los promotores, organizadores, dirigentes  y administradores  de  la referida fiesta pagana no entienden que su  homenajeada tiene ojos, pero no ve, tiene  boca y no habla, tiene  orejas y no oye, tiene nariz y no huele, tiene manos y  no palpa nada y  tiene pies y no camina, según lo que nos enseña el Salmo 115.

De igual modo, el  texto bíblico citado señala que las personas que  fabricaron  esa estatua o imagen al ídolo de la Virgen de la  Altagracia y   quienes confían  en ella son, desde el punto de vista espiritual, ciegas, mudas, sordas, paralíticas e inútiles, como ella.

También es necesario señalar, que la fabricación, venta, posesión, adoración, veneración  y fiestas que se celebran al  ídolo de la Virgen de la  Altagracia son  prácticas religiosas contrarias al  culto que Dios estableció que se le haga en la tierra y sobre los cielos, debido a que promueven la hechicería, la brujería, el ocultismo, la hipocresía  y la mentira espiritual.

Exclusivamente

¿Por qué afirmo que son prácticas religiosas contrarias al  culto que debemos hacer a Dios? Lo afirmo, porque  las enseñanzas bíblicas sugieren  que debemos dar, única y exclusivamente, a  nuestro Señor y Salvador Jesucristo, nuestra alabanza, adoración, gloria y honra.

También debemos alabar, adorar, glorificar y honrar a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, porque  participó, junto a su Padre y al Espíritu Santo, en la creación de los cielos, la tierra y todo lo que hay dentro de ellos. Además, es el único que tiene poder para perdonar pacados, resucitar a los muertos y salvar nuestras almas.

De igual modo, se debe entender que ninguna criatura celestial o terrenal tiene poder ni méritos espirituales suficientes para recibir nuestra alabanza, adoración, gloria y honra, aunque se trate de María, la madre de Jesús o de otro personaje bíblico importante, ya que el único que es digno y merecedor de recibirlas es nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien  no las comparte con nadie.

Por otra parte, lamento señalar que la mayoría de las iglesias evangélicas de la República Dominicana permanecen indiferentes frente a  la práctica y consecuencias espirituales que representa el pecado de idolatría, debido a que no predican ni enseñan lo suficiente  la Palabra de Dios, que es la Biblia, para combatir  y erradicar el sistema idolátrico religioso que impera en nuestro país.

En ese sentido, hermanos y hermanas evangélicos,  les recuerdo que debemos cumplir con el deber bíblico de examinar  todo, en cuanto al sistema  religioso idolátrico que promueve y  mantiene  la Iglesia Católica y  todo lo que  publican las redes sociales  para promoverlo. De esa manera, podremos contribuir a que las  personas que practican el   pecado  de idolatría se arrepientan y se liberen espiritualmente.

Finalmente, invito a las iglesias cristianas evangélicas  y  los miembros de la Iglesia Católica a  orar al Dios Padre  que nos dé poder espiritual  para combatir y  derrotar el sistema idolátrico religioso  que existe  en nuestro país y en otros, mediante  la oración,  predicación y enseñanza de su Santa  Palabra con la finalidad de   despertar y  liberar  espiritualmente a  muchas personas para que puedan alabar, adorar, glorificar y honrar, única y exclusivamente, a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.