Juan TH, Orión Mejía y Federico Pinales

POR FEDERICO PINALES

Tres periodistas, ex compañeros de estudios y protagonistas, en sus inicios, de grandes luchas gremiales y sociales.

Siempre políticamente ubicados en diferentes puntos cardinales.

Combatiendo, a sus maneras, desde distintas trincheras, las desigualdades sociales.

Pese a sus diferencias partidarias e ideológicas, en su juventud trabajaban como tres animales, justificando los salarios que recibían, tanto en los sectores públicos como privados.

A finales de los años 70 y a principio de los 80, recuerdo una ocasión en la que a Orión Mejía yo le decía El Pulpo, por la cantidad de empleos que tenía y en ninguno era botella.

Los tres servimos en los primeros dos gobiernos del PRD, no precisamente por ser perredeístas, por lo menos en mi caso.

Llegué a la Oficina de Prensa de la Presidencia llamado por el doctor Franklin Domínguez y a la Secretaría de Agricultura, también llamado por Juan Manuel García.

Como asalariados, cumplíamos horarios, sin caer en la tentación de la corrupción.

Juan TH trabajó en la Presidencia y en Radio Televisión Dominicana.

Orión Mejía en la Secretaría de Trabajo y yo en la presidencia de la República, de donde renuncié en 1982, siendo sustituido por TH y luego fui nombrado de nuevo en la Secretaría de Agricultura, por gestión de Juan Manuel García, quien, al enterarse de mi renuncia en Palacio Nacional, me llamó para que le acompañara en su gestión de director general de Relaciones Públicas.

De allí renuncié en el año 1989 para emigrar a los Estados Unidos, hace ya 35 años.

De esos 35 años trabajé cuatro años en la Universidad de Hofstra, en Lond Island; un año en la Universidad de Juliard, en Manhattan, y otros 15 años en la Universidad de Saint Jhon, en Jamaica Queens, de donde también renuncié en el año 2009, para no coger 60 años de cárcel, provocado por algunos HP norteamericanos que se pasaron de contentos e intentaron faltarme el respeto.

Ya estoy retirado y por eso viajo con más frecuencia a la Republica Dominicana, mi patria querida.

En los últimos viajes he logrado encontrarme con muchos viejos amigo y compartir con ellos en diferentes escenarios públicos y privados.

Entre ellos, Carlos Nina Gómez, en Bella Vista Mal; Orión Mejía, en un supermercado de la Sarasota, con Osvaldo Santana, en diferentes lugares preestablecidos por ambos y con Juan TH, en iguales circunstancias.

No menciono aquí a los principales dirigentes del CDP y el SNTP, porque mis encuentros con ellos son rutinarios y planificados previamente, con mucho agrado, respeto mutuo y admiración.

En el caso de Juan TH hubo una especie de reconciliación, planeada y ejecutada por dos distinguidas damas, a las cuales ninguno le podía fallar, por el nivel de respeto que ambas tienen hacia nosotros. Ellas son la cantante Mabel de León y la licenciada Georgina Rodríguez.

Como ya todos hace tiempo abandonamos el reporterismo mal pagado, ahora nos desahogamos colaborando con algunos medios alternativos,

jugando dominó y comiendo chivo guisado, con yuca, moro de guandules y guineítos verdes, olvidando lo malo y recordando lo bueno del pasado.