SANTO DOMINGO.- Las remesas que mensualmente envian los dominicanos que residen en el exterior a sus familiares y amigos República Dominicana se han convertido en una verdadera columna para el sostenimiento y fortaleza de nuestra economía del país, destacó la Iglesia Católica.
“El ejemplo de esta solidaridad y entrega la vemos al conocer que según el Banco Central, las remesas recibidas en los primeros ocho meses de este año, suman 7 mil 112.5 millones de dólares”, expresó la Arquidiócesis de la Iglesia Católica en la nota editorial del semanario Camino.
“El ejemplo de esta solidaridad y entrega la vemos al conocer que según el Banco Central, las remesas recibidas en los primeros ocho meses de este año, suman 7 mil 112.5 millones de dólares”, expresó la Arquidiócesis de la Iglesia Católica en la nota editorial del semanario Camino.
En el escrito titulado “El corazón está en su Patria”, la Iglesia Católica destaca que «en Estados Unidos, España y otros países los dominicanos se desviven llevando dos y hasta tres jornadas de trabajo para enviar cada mes las remesas que alivian la pesada carga de los que un día dejaron aquí y que pasan por momentos muy difíciles».
Resaltó que «a los inmigrantes que conviven con dominicanos en Estados Unidos y otras naciones les causa asombro ver que los hijos de esta patria amada la llevan en el corazón como una madre, y que si pudieran venir cada semana a visitar sus familiares, lo harían».
“No sucede así con otros inmigrantes procedentes de países latinoamericanos y otras partes del mundo, ya que ellos se van desarraigando de su familia y cultura, y pueden durar muchos años para volver y algunos no regresan”, indica.
Señala que «los dominicanos somos isleños, procedemos de núcleos familiares muy fuertes y los valores que sembraron nuestros padres nos ata a nuestra tierra para siempre».
«Esos valores de solidaridad, preocuparse por el que sufre, el amor y entrega a nuestros padres, son pilares que han ido resistiendo las tempestades del individualismo que azota a otras sociedades que los han acogido», subraya.
Agrega que “eso explica que nuestros hermanos que un día partieron hacia otras latitudes con el corazón lleno de nostalgia, en busca de un mejor destino, no olvidan a los que dejaron en su bella tierra quisqueyana”.
Y en ese sentido, pregunta «cómo estarían viviendo tantas familias dominicanas sin las remesas que reciben cada mes de sus parientes residentes en el extranjero.
“Expresemos nuestra gratitud y reconocimiento a estos hombres y mujeres, con un trato cada vez mejor hacia ellos, aquí y allá”.