Mientras el pueblo de Estados Unidos elige como presidente a un convicto evasor misógino, racista de pelo en pecho y fascista sin saberlo, negación de todo lo que representan los padres fundadores de aquella nación que nació burguesa de la mano de Whitman, las reflexiones americanas de Tocqueville o aquel libro preclaro de Weber sobre el espíritu del capitalismo; en esta media isla de mulatos, negros y blancos que somos (en ese mismo orden), el odio racial antihaitiano presenta sus peores credenciales y llega hasta los certámenes de belleza. Todo, como resultado de las fechorías mediáticas y presenciales de una banda de dominicanos ¿o suecos?, negros o mulatos acomplejados de su negritud, que encuentran en el negro haitiano la torpe manera de negarlo.
La víctima se llama Cassandre Jacques, y es una joven modelo, negra, dominicana de padres haitianos. Como la joven había participado hace unos años en un certamen representando a Haití, a lo que tiene derecho por la nacionalidad haitiana de su padre, (y como frecuentemente lo hacen jóvenes domínico- estadounidenses nacidas en Estados Unidos, pero de padres dominicanos), Cassandre fue mediática y directamente acosada, de tal modo, con tal odio, que el lunes decidió renunciar a participar en el Miss Mundo Dominicana 2024. Su candidatura en el certamen había disparado todas las alertas de quienes han hecho del odio a los negros dominicanos, haitianos, dominico- haitianos o simplemente negros (siempre pobres), un estilo de vida para promover la muerte. (Qué absurdo ver a un mulato discriminando a un negro)