Por el Dr. Eider E. Sanchez Moquete
El año 2025 inicia con grandes expectativas para el sector cooperativista en la República Dominicana. Este año ha sido declarado como el Año Internacional de las Cooperativas por diversas organizaciones globales, lo que resalta la importancia de las cooperativas como motores de desarrollo económico y social sostenible.
Sin embargo, el sector enfrenta desafíos significativos, incluyendo problemas internos de gobernanza, falta de innovación y las repercusiones económicas derivadas de crisis recientes.
Ante este contexto, el compromiso del sector cooperativista dominicano es clave para aprovechar las oportunidades que brinda este reconocimiento internacional y superar los retos actuales.
Relevancia de las cooperativas
En la República Dominicana, el movimiento cooperativista ha sido fundamental para el fortalecimiento económico de sectores vulnerables. Las cooperativas desempeñan un rol vital en áreas como el financiamiento comunitario, el acceso a vivienda, la agricultura, la educación y el desarrollo empresarial.
Según estadísticas del Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP), más de 2 millones de dominicanos son socios de alguna cooperativa, lo que demuestra la magnitud de su impacto.
Sin embargo, pese a este crecimiento, el sector enfrenta desafíos que deben abordarse con urgencia para garantizar su sostenibilidad y relevancia en el futuro.
Principales problemas
Aunque las cooperativas dominicanas han mostrado resiliencia, no están exentas de problemas internos y externos que amenazan su estabilidad. Entre las principales dificultades se destacan:
1. Falta de Gobernanza y Transparencia
Uno de los mayores retos del sector cooperativo es la falta de transparencia en la gestión de algunas cooperativas. Casos recientes han evidenciado prácticas inadecuadas en la administración de recursos y conflictos internos en los consejos de administración. Estos problemas minan la confianza de los socios y la credibilidad del sector en general.
Solución propuesta:
Es fundamental fortalecer los mecanismos de supervisión y rendición de cuentas, promoviendo auditorías internas y externas periódicas y reales que garanticen la transparencia en la gestión.
2. Escaso Acceso a la Innovación y Digitalización
Muchas cooperativas, especialmente las más pequeñas, no han adoptado procesos tecnológicos modernos. Esto las pone en desventaja frente a otras entidades financieras y limita su capacidad para ofrecer servicios eficientes y adaptados a las necesidades actuales de los socios.
Solución propuesta:
El sector cooperativista debe invertir en tecnología, capacitar a su personal y digitalizar sus operaciones para mejorar la experiencia de los socios y ser más competitivas.
3. Pérdida de Confianza por Malas Prácticas
En los últimos años, se han conocido casos de mala gestión y quiebra de algunas cooperativas debido a préstamos mal otorgados, conflictos de intereses y corrupción. Esto ha generado una percepción negativa en parte de la población, afectando la imagen del sector.
Solución propuesta:
Es imprescindible reforzar la educación cooperativa y promover una cultura ética que fomente el compromiso de los líderes cooperativistas con los valores y principios del cooperativismo.
4. Impacto de las Crisis Económicas y Sociales
Las cooperativas también han sufrido los efectos de las crisis económicas y sociales recientes, incluyendo las secuelas del COVID-19. Muchas cooperativas han visto aumentar la morosidad en sus carteras de crédito y han tenido que reestructurar sus operaciones para sobrevivir.
Solución propuesta:
El sector debe trabajar en la creación de fondos de emergencia y reservas financieras, además de implementar estrategias para diversificar sus fuentes de ingresos y reducir la dependencia de un único sector económico.