Altas y bajas de la economía de República Dominicana en 2024

Santo Domingo (Por Mariela Pérez Valenzuela, corresponsal jefe en República Dominicana).- La renuncia del ministro de Economía, Planificación y Desarrollo dominicano, Pavel Isa Contreras, respalda el proceso de cambios del reelecto presidente Luis Abinader, que comprende la unificación de ministerios y la eliminación de varias instituciones.

En nota escueta, Isa Contreras recordó que la cartera bajo su mando será fusionada con el ministerio de Hacienda, un proceso que ya comenzó con conversaciones de esos organismos, e indicó la posibilidad de que en poco tiempo quedará listo el anteproyecto de ley que dará vida a un nuevo organismo.

Aunque se desconoce el destino de Isa Contreras y si tendrá alguna responsabilidad en el Gobierno, en la actualidad República Dominicana muestra una economía sólida, con un crecimiento anual este 2024 sobre el 5.0 por ciento y promesas oficiales del fortalecimiento de sectores clave como las zonas francas, el turismo y las exportaciones.

Sin embargo, en un contexto de triunfalismo, no puede ocultarse que persisten la desigualdad social, y la pobreza general y extrema.

Abinader, de 57 años de edad, empresario, planteó como una de sus prioridades para los próximos cuatro años de gobierno, elevar el nivel de vida de un 26,4 por ciento de personas pobres en áreas rurales y un 18 por ciento en las urbanas.

Con una población de poco más de 11 millones de personas, en Quisqueya viven 400 mil de ellas en pobreza extrema, casi tres millones en pobreza general, mientras unos siete millones y medio, no clasifican en esas categorías, siempre basados en datos de organismos oficiales.

La falta de inversión en infraestructura territorial y no solo en determinadas áreas causa una desigualdad económica entre la población residente en provincias más favorecidas y otras rezagadas. La diferencia económica lleva a la pobreza y la limitación del acceso a servicios básicos, que afectan a los hogares más pobres.

El gobierno de Abinader, del Partido Revolución Moderna (PRM), reconoce que, aunque su economía esté clasificada como «sobresaliente» en Latinoamérica por su crecimiento en épocas de crisis globales, mientras haya una persona sin trabajo y familias sin viviendas, los números solo reflejarán una parte de la vida en esta nación caribeña.    De ahí que el mandatario reelecto este año considere, además, que el motor económico será el que impulse al resto de la estructura del país.

ZONAS FRANCAS: MOTOR DE DESARROLLO

El sector de zonas francas es considerado el motor del desarrollo económico y social de República Dominicana.

Su continuo crecimiento en las exportaciones de enero a octubre de este año (último dato oficial) indican un incremento de 7.7 por ciento en comparación con igual periodo de 2023.

Según la Dirección General de Aduanas (DGA), solo en octubre pasado, ese rubro alcanzó 769.8 millones de dólares, o sea, un crecimiento interanual de 8.1 por ciento frente a los 712 millones exportados en igual mes del año precedente.

Aunque EE.UU. mantiene el primer lugar como mercado dominicano, y tomando como referencia ese mes, también crecieron los envíos hacia Haití (16.3 por ciento de expansión interanual), además de Alemania, China, Puerto Rico y Países Bajos.

Son varias las acciones productivas que causaron estos resultados. Entre ellos destacan los productos médicos y farmacéuticos, líderes de las ventas del sector con dos mil 400 millones de dólares entre enero y octubre de este año, lo que representa 33 por ciento del rubro exportador.

También ocuparon lugares cimeros el tabaco y sus derivados, al igual que los productos eléctricos y electrónicos.

Según Víctor Bisonó, ministro de Industria, Comercio y Mipymes, se registra un crecimiento sostenido de las zonas francas y su diversificación, lo que, dice, han ganado inversionistas locales e internacionales que tienen en República Dominicana un destino estratégico.

En el contexto económico nacional, ese rubro está posicionado como el segundo de mayor evolución, solo superado por el de servicios financieros, con un aumento acumulado del 7.9 por ciento en los primeros 10 meses de este año.

Respecto a las importaciones, el gobierno declaró que la producción agrícola nacional abastece la canasta familiar básica.

Los bienes petroleros representaron el 20.94 por ciento del total, una reducción frente al 22.0 por ciento del año anterior, mientras que los bienes no petroleros crecieron hasta el 79.06 por ciento.

TURISMO EN ALZA

La economía dominicana mantiene un ritmo acelerado en el crecimiento del turismo, uno de los sectores con mayor número de inversiones extranjeras y de la banca privada.

Las previsiones oficiales son que a fines de este año hayan ingresado al país más de 11 millones de visitantes, informó el ministro del ramo, David Collado, cuando ya habían arribado poco más de 10 millones hasta finales de octubre, por segundo año consecutivo.

Este país recibe turismo internacional, en su mayoría, dirigido al destino de sol y playa. Sin embargo, hay una preocupación oficial por diversificar las zonas de interés para impulsar el desarrollo de las comunidades de las provincias.

El desarrollo del turismo trae aparejado, con la entrada de miles de millones de dólares en capital foráneo para la construcción de hoteles e infraestructura, un alza en el movimiento aéreo y marítimo.

Expresó que por la vía marítima el país recibió 214 mil 454 cruceristas, 93 por ciento más que en noviembre del 2019 y un 10 por ciento superior al 2022.

El presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo (Asonahores), David Llibre, indicó que hasta fines de octubre habían registrado más de cuatro mil 500 vuelos comerciales con una ocupación hotelera de un 76 por ciento. Actualmente en el país existen 400 hoteles con más de 84 mil habitaciones.

NO TODO ES COLOR DE ROSA

Aunque el Gobierno presenta la economía con cifras impactantes, la presidenta del Consejo Directivo de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (ProCompetencia), María Elena Vásquez, indicó que todavía esta rama enfrenta obstáculos estructurales que limitan su potencial.    Al brindar una conferencia en la Feria del Libro Jurídico 2024, Vásquez mencionó, entre los frenos a la economía, la alta informalidad laboral, el bajo nivel de encadenamiento productivo y la poca productividad en sectores claves como la agropecuaria y la industria. Todos estos obstáculos, explicó, provocan bajos salarios.

La especialista señaló que República Dominicana precisa mercados con un mayor nivel de competencia, lo que aumentaría la eficiencia de sectores con alto impacto en la generación de empleos; la reducción de las desigualdades territoriales; la disminución de la concentración económica.

También, lograr una mayor inserción en las cadenas globales de valor, gracias a la posición geográfica del país, la cual consideró una ventaja competitiva.